lunes, 24 de noviembre de 2008

COPAL Y TABACO

Traigo
negra
tu poema
escandalosamente vestido con el vuelo transparente del dios de los vientos
con el velo traslúcido con que los ancestros vestían sus anhelos y sus cantos

lo traigo para tu risa
para que le imprimas tu ritmo de atabal en llamas
para que se nutran sus raíces con el oleaje de tu sangre
negra

viene sonámbulo buscándote en las nubes del copal de los altares mayas
allá donde nació entre volcanes y lagos como una fuerza telúrica
tremendamente humana
-serpiente y jaguar abrasándose en el abrazo festivo de la carne
lentamente a fuego lento convirtiéndose en la saliva-rastro
en la palabra-semen de donde surgen las auroras de los taínos y los mayas-
preparando
anunciado
limpiando los caminos para que pase victorioso el nuevo sol que se gesta en tu vientre geático
para ese nuevo sol que esplende en tus ojos cuando dices "hágase el poema"
y yo
cantor tuyo
únicamente obedezco a mi ritmo lento
al ritmo con que la vida madura en el vientre de la flor cuando acuden los cantores ejerciendo su oficio único

aquí está tu poema
vístelo si deseas con tu aroma ácido y amargo y con los colores que te dicte tu corazón amante.

ETC.

La ciudad amansa y amensa cuando con sus razones justifica la necesidad macroeconómica del mundo de insertarte en alguna de sus esferas de producción en serie a cambio de lo justamente necesario para que tú ni los tuyos mueran de hambre y tengan un televisor o dos
un auto o más de un auto
un celular o dos
una hipoteca eventualmente renegociable
razones razones razones para que no te quieras desvincular de la realidad sin que te duela el bolsillo
el ego social
la posibilidad remota de una vejez con semi-salario
etc.
Quieto
el corazón comprende
el camino

quieto
el espíritu observa
la senda y se lanza
-más no como lanza-
a recorrer los caminos
que el corazón le dicta