jueves, 21 de mayo de 2015

Y EN EL ÚLTIMO TRAGO NOS VAMOS


Sol que besas las choyas
dile que vivo cantando
que pregunte por qué no la nombro
cuando rindo homenaje al saguaro

nues que de miedo me calle
que el silencio no amaina mi pecho
a mí me gusta decirlo
sin que naiden descubra mis huellas

yo no busco en las glorias ajenas
las propias que en la sombra marchitan
yo no busco las glorias siquiera
que al margen del pulque prosperen

es mi alma una bola’e chamizo
a la sombra del noble mezquite
y que naiden me llame pendejo
si en Sonora me muero ya viejo

no me gusta el rumor sin sustento
ni me gusta el chicheme licuado
que en mi alma y mi canto he dejado
y es por ello que muero sediento

sediento por ver el paisaje
de cerros, colina y cañada
no me importa si en ello la vida
les dejo una noche de farra

yo no temo a la noche y su sombra
ni al que pide ¡por Dios! dos monedas
yo le temo al que niega su esencia
y vive aplaudiendo el ultraje

con el pecho de amor encendido
yo vivo cantando mis coplas
y no tomo por carne de ofensa
lo que digan de mí y mi pasado

amé sin pedir las facturas
a quien diera sus besos sin miedo
muy sabiendo que yo partiría

tarde o temprano en pos de mis sueños.

martes, 19 de mayo de 2015

SILBA EL VIENTO ALLÁ EN EL RISCO


I
Silbido que al sol saludas
de viento y cañaveral
en la región de la sal
desnuda tu pena cruda.
Lámpara de luz aguda
en el silencio del río
que fluye con el “silbío”
del que recuerda el rumor
de los gozos del amor
en la paz del caserío.

II
Silba el viento allá en el risco
como contando una pena
sílbale a la luna llena
gitano tu son morisco.
Silba el que evade el fisco
y el que ronda la ventana
silba feliz de mañana
el que sale pechugón
de la orilla del fogón
ya satisfechas las ganas.

III
Silba un silbido Silvano
que despierte al Ser dormido
repercuta tu silbido
por monte cañada y llano.
Silbe el hombre alegre ufano
al recoger la gavilla
o galopando sin sillas
el corcel que piense suyo
silbe al sacar del capullo
el maíz dorado grano.

IV
Silbe al rajar las astillas
el hachazo que las raje
silbe el hombre que trabaje
cuando su esperanza trilla.
El chiquillo a la chiquilla
no silbe si no le gusta
porque no baje la fusta
y la ley lo llame a juicio
silbe quien silbe de oficio

sus alabanzas más justas.