miércoles, 9 de diciembre de 2015

YO DOY GRACIAS A LA VIDA

I
Yo doy gracias a la vida
por la llama en tu rubor
doy gracias por el amor
que entre tus labios anida.
Lucho porque nadie mida
el queso ni el pan que te comes
y porque tus besos domen
tu brioso corcel en marcha
bajo del sol y su escarcha
cuando al espejo te asomes.

II
Canto a la flor pudorosa
de las cañadas sombrías
a la flor en rebeldía
a las violetas y rosas.
Vuela vuela presurosa
mariposa en mi jardín
en el clavel y el jasmín
deja el polen de tu amor
porque yo pruebe el dulzor
de tus mieles hoy por fin.

III
Hermosa tus ojos son
la tenue luz de la vela
que junto a mi pluma cela
las gemas del corazón.
Beso la flor su botón
porque descansen tus ojos
coronen claveles rojos
tus cabellos y tu frente
hinca en su pecho tus dientes
vuelen candado y cerrojo.

IV
Doy gracias por el dulzor
de tu corazón en llamas
y porque percuta en las almas
el recuerdo de tu amor.
Porque me abrase el fulgor
de la llama enternecida
tras la gema derretida
que tu silencio derrama.
Por la flor entre las ramas
yo doy gracias a la vida.



viernes, 4 de diciembre de 2015

DECÍME VOX

Delante de tus ojos me inclino
sol de la tarde
para darte mi hasta pronto:
¡nos veremos mañana
de nuevo!

flor que desde la rama cantas
decíme si jué verdá
que maduraron los guayacanes
que sembré en tu patio
sólo para que tú sonrieras

decíme si ej verdá
que hablas con los pajaritos
y no como algunos dices
que andas en complicidades
con un céfiro juguetón

ante la rama de muérdago
sonrío travieso

y paso.

martes, 1 de diciembre de 2015

LA MONTAÑA MÁS ALTA

Para Andrea Amavizca
y su joven esposo


“En el corazón está la clave”, ha dicho el Maestro y, mirando como con nostalgia, ha añadido tras breve pausa: “…eso me decían mis maestras y su maestranza ancestral.

“A la lluvia hay que dejarla caer el tiempo que quiera. Solo así se refrescan los mares, a través de los ríos, que llevan consigo el frío de las montañas, el barro del cerro y la miel del paisaje”.

Esto ha dicho el Maestro luego, repitiendo palabra por palabra el estribillo de la relación intergeneracional. “Si inviertes los factores y pones al cielo por suelo, la montaña más alta del planeta está bajo el mar. Es la del atlante y se ubica en el Pacífico Océano inmenso.


"Ay de que el del tridente azul despierte y vea su casa contaminada por la ambición y la desidia. Entonces recordará el hombre la furia de los mares” ha dicho el maestro tras un escandaloso bostezo y se ha retirado a sus aposentos ofreciendo sus “buenas noches, mijitas y mijitos.