LA
MONTAÑA MÁS ALTA
Para Andrea Amavizca
y su joven esposo
“En
el corazón está la clave”, ha dicho el Maestro y, mirando como con nostalgia,
ha añadido tras breve pausa: “…eso me decían mis maestras y su maestranza
ancestral.
“A
la lluvia hay que dejarla caer el tiempo que quiera. Solo así se refrescan los
mares, a través de los ríos, que llevan consigo el frío de las montañas, el
barro del cerro y la miel del paisaje”.
Esto
ha dicho el Maestro luego, repitiendo palabra por palabra el estribillo de la
relación intergeneracional. “Si inviertes los factores y pones al cielo por
suelo, la montaña más alta del planeta está bajo el mar. Es la del atlante y se
ubica en el Pacífico Océano inmenso.
"Ay
de que el del tridente azul despierte y vea su casa contaminada por la ambición
y la desidia. Entonces recordará el hombre la furia de los mares” ha dicho el
maestro tras un escandaloso bostezo y se ha retirado a sus aposentos ofreciendo
sus “buenas noches, mijitas y mijitos.
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