Yo que te tenía
ahora me entretengo
tejiendo en el recuerdo
las bondades que creía
en el fondo de tu ojos oceánicos
en la noche de tus ojos de luna oscura
y olvidé que los ojos de la Amada
son para contemplarnos en ellos
y no para perderlos irremediablemente
como ahora que ya no los tengo
frente a mis ojos.
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