EL PÁJARO CAMPANA
en la noche nos convoca
al vuelo a ras de piel ajena
su ladrido diáfano cruza las distancias
-taladro en el viento-
galopa en sigilo con la noticia a lomo y pelo
urgente alegría su huella
siembra certidumbre y calma
expectativa de luz que la carne ansía
el sídero corporal que somos
intuye la osadía del ave cuyo canto
entra por la ventana
y en un acompasadamente lento vaivén de vals
ensaya
el reencuentro de la ola con la orilla
del sol con el paisaje que nos estalla
cuando despertamos con el canto de fiesta
del pájaro campana mordiéndonos las alas.
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