LA PATRIA, MÁS QUE EL RECUERDO,
es un presente vivo eternamente.
Lo
que arde, cuando lejos, son los viejos senderos de la patria. Los viejos,
senderos de la patria: los ríos y los cerros talados, el Ícaro que somos
creyendo que vamos a conquistar la libertad interior entre las nubes de un
sueño que se disipa, ante tanta realidad amarga... ante tanta inopia y desidia
humana... y sin embargo, debemos seguir adelante, como buenos hombres, y la
bondad, al margen de las cámaras de alta resolución. Arden la convicción del
barrio ya hastiado de tanta libertad en la poesía y la libertad no llega, no
alcanza sino a ser solo ambición de paz en los seres de buena voluntad.
Al
partir de hoy, solo deseo que mi último día y minuto de vida sea el mejor de
toda mi vida.
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