“Cuando uno se adentra en el
paisaje en el lienzo y lee las coordenadas de belleza y luz en cada pincelada,
es cuando se está en capacidad de ignorar las triquiñuelas del que a sí mismo
se miente cuando tasa el arte en la balanza de lo “bueno” o lo “malo”.
A galope de guitarras
tendremos los eternamente
jóvenes
que heredarles a nuestros
nietos
un futuro nuevo y diferente
al que propone la contraparte
Señor Juez”
Dijo el eterno discriminado de
las exposiciones de arte en las galerías de lujo, ya viejo, a su amigo, en el
parque de la Vía Argentina.
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