Y EN EL ÚLTIMO TRAGO NOS VAMOS
Sol que besas las choyas
dile que vivo cantando
que pregunte por qué no la nombro
cuando rindo homenaje al saguaro
nues que de miedo me calle
que el silencio no amaina mi pecho
a mí me gusta decirlo
sin que naiden descubra mis huellas
yo no busco en las glorias ajenas
las propias que en la sombra marchitan
yo no busco las glorias siquiera
que al margen del pulque prosperen
es mi alma una bola’e chamizo
a la sombra del noble mezquite
y que naiden me llame pendejo
si en Sonora me muero ya viejo
no me gusta el rumor sin sustento
ni me gusta el chicheme licuado
que en mi alma y mi canto he dejado
y es por ello que muero sediento
sediento por ver el paisaje
de cerros, colina y cañada
no me importa si en ello la vida
les dejo una noche de farra
yo no temo a la noche y su sombra
ni al que pide ¡por Dios! dos monedas
yo le temo al que niega su esencia
y vive aplaudiendo el ultraje
con el pecho de amor encendido
yo vivo cantando mis coplas
y no tomo por carne de ofensa
lo que digan de mí y mi pasado
amé sin pedir las facturas
a quien diera sus besos sin miedo
muy sabiendo que yo partiría
tarde o temprano en pos de mis sueños.