HERENCIAS
-“¿por qué le pegaste a tu mujer?” Preguntó el juez.
-“Porque le pegó a mi hijo, que es también hijo suyo. Le pegó en la cara, sangre le sacó con la bofetada.” Respondió el machista tataranieto del combatiente en la Guerra de los Mil Días.
-“Ella dice que tú también le pegas.”
-“El hombre debe aprender a ser como su padre; su primera maestra es su madre.”
El jurisconsulto no lo absolvió. Hizo lo justo y, aún en el estrado, delante de la audiencia, rompió a llorar. Luego, con paso vacilante, abandonó el estrado.
-“¿por qué le pegaste a tu mujer?” Preguntó el juez.
-“Porque le pegó a mi hijo, que es también hijo suyo. Le pegó en la cara, sangre le sacó con la bofetada.” Respondió el machista tataranieto del combatiente en la Guerra de los Mil Días.
-“Ella dice que tú también le pegas.”
-“El hombre debe aprender a ser como su padre; su primera maestra es su madre.”
El jurisconsulto no lo absolvió. Hizo lo justo y, aún en el estrado, delante de la audiencia, rompió a llorar. Luego, con paso vacilante, abandonó el estrado.
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