HABEMUS PAPAM
Hace poco
ascendió al trono
el rey de los
cristianos
Señor
Omnipotente
que permites
el dolor de las avecicas
en las
montañas de Afganistán
donde el
estruendo de las bombas a media noche
les despertó
los nidos rotos
un ala por
aquí
una patita por
allá
y el canto enmudecido
elevándose
como una plegaria de paz
mutilada
¿en verdad
eres
Señor
omnipotente?
y no haya
agravio en la pregunta
que sólo busca
anhela
desea
desenmarañar
de entre tus barbas meditabundas
este grito de
dolor ante la escena
-hollywoodense-
de tu hijo
allá
en la cumbre
del Gólgota.
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