LA DE LAS TRENZAS LARGAS
María
la de las trenzas hasta las nalgas
era un pan de Amor
tibio el corazón
bebía mi ángel de la guarda
de sus ojos
como el colibrí que yo era
cuando la soñaba
desnuda de toda metáfora indecente
reclinada en el sofá
o de pie
frente al lavadero
mientras fingía que me ignoraba
y lavaba mi deseo
meciéndose suavemente
como al antojo del viento
María
la de los lentes oscuros
alguna que otra mañana
para que nadie notara
que no había dormido en toda la noche
aunque el barrio escuchara
como en sueños
nuestras calladas expresiones
de Amor sin prisas y sin promesas
María la tímida
la siempre coqueta.
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