lunes, 25 de agosto de 2008

DE PEROGRULLACIONES Y OTROS ATISBOS

I
Se puede aspirar a la comprensión del mundo total y, más aún, se pueden dar pasos y avanzar hacia la consecución del propósito y sin embargo, jamás nadie podrá decir que lo ha logrado, puesto que el mundo, como el universo, es una entidad en constante transformación.

Sí, se puede concebir la posibilidad de explicar el mundo como fenómeno desde diversos ángulos de percepción, más no su totalidad puesto que su naturaleza cambiante impide al individuo el alcance de hasta su propia comprensión, cual ha de ser el punto de partida de toda búsqueda.

Incluso de sí mismo es muy poco lo que el individuo llegará a comprender pues de sí percibe sólo algunos aspectos del Ser.

II
En mi mente bullen títulos magníficos, “Perogrullaciones y otros atisbos” es uno de ellos. Y digo magníficos, porque aspira a la comprensión de las limitaciones que enfrenta el individuo en su analfabetismo intelectual y académico, cuando se asoma a la vastedad abísmica del concepto y trata de traducir al mundo de las palabras la noción aprehendida en aquellos territorios del alma.

Un bullicio mudo, semejante al estruendo de incontables marchas triunfales se apodera de mi cerebro todas las veces que trato, pobremente, de inmergirme en mi búsqueda de aquello que soy. De ahí que durante mis andanzas no haya tiempo más que para recoger las pobres porciones de belleza que logro deducir entre tanto escándalo egocéntrico.

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