viernes, 27 de febrero de 2009

AIRE GUARANÍ II

Colibrí
el recuerdo
te convierte en fruta.


jueves, 19 de febrero de 2009

Hoy quiero
masticar en soledad
mis podredumbres

miércoles, 18 de febrero de 2009

Pelele de poca monta
me dicen porque no digo
dónde guardo mi postigo
sudando la gota gorda.

jueves, 12 de febrero de 2009

una décima espinela

Horizonte de gaviotas
con fondo de sol naciente
es la paz que diariamente
bebo en verso a cuentagotas.
Gavilán con alas rotas
ensayo mi vuelo al son
que dicta la sinrazón
de la metáfora humana
paradójica manzana
enigma de la razón.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Húndeme tus dientes en el pecho
tus uñas en mi espalda fiera clava
mientras busco temblando el epicentro
del sismo que te cimbra y que reclamas.
Señora de mis páginas abierta
ofréceme la fruta-flor secreta
para ensayar los labios y la lengua
en el arte de buscar en tus asuntos
la razón porque vivo mientras tiendo
a tus pies mi cuerpo por alfombra.

martes, 10 de febrero de 2009

Los ojos se me van cuando te miro
pasar con tu cadencia escandalosa
detrás de ti se van y no respiro
si no tu imagen negra presuntuosa.
El cuello por mirarte raudo viro
al punto que tortícolis padezco
y pienso en el pelele que parezco
cuando bobo la baba se me cae
pues nada cuando pasas me distrae
del sueño que soñar quizá merezco
.

lunes, 9 de febrero de 2009

Ebria de juventud la carne llama
enérgicas razones esgrimiendo
en tanto con los ojos va diciendo
qué lanza que la embista ya reclama.
Alegre partitura dulce flama
la núbil en su danza -vida- ofrece
sabiendo del jardín que le florece
y que muestra radiante en su estatura
de fruta que se brinda pues madura
está la madrugada si amanece.

viernes, 6 de febrero de 2009

FRED




Ahora que ya han transcurrido tres meses de aquella experiencia desagradable, me nace escribir sobre mi visita a los Estados Unidos, más para sacar del alma esta sensación de impotencia, que por dejar a la posteridad una pieza literaria. Las emociones encontradas se agolpan en la mente, esgrimiendo cada cual su motivo o razón, todas válidas. ¿Cómo iba yo a conocer las intenciones de Fred, que se mostró amoroso, tierno, amable, generoso, conmigo?, ¿Cómo iba yo a saber que ese rostro hermosamente varonil no era si no la máscara de un alma ya muerta, enferma a la luz de sus posteriores actitudes? Porque al inicio fue todo tan de maravillas, que incluso llegué a sentirme -a mis veintitrés-, la mujer más afortunada. No esperen que me describa, soy mujer y punto. Fred sí, el hijueputa ese -sin ofender a su madre-, que merece mi respeto. Alto, fornido, con un aire melancólico que a la primera sonrisa tumba, derriba cualquier muro de castidad que se le oponga en su andar taimado por la vida, porque es un mujeriego de primera y, peor… no, eso no lo diré aunque deba… me sacaré el clavo no diciendo lo que es, porque cuando me lo dijo a mí, mi abuela, yo no le hice caso. Así que para evitar la oposición en la actitud de las jóvenes como yo, evitaré describirlo en la aberrante oscuridad de sus procedimientos.

El viaje en sí fue lo de menos, lo que me importa es que viví (la Gran Manzana, The Park, Lotus, Rhone, Plaid, oh… ¡West Broadway!), amé locamente y sufrí la crueldad con que nos confronta la realidad cuando nos alejamos del nido, detrás del primer perfumista que se nos acerca. Porque no sólo era puto, el muy… ¿Qué decir?… Elegante en sus modales, siempre fue muy atento. Durante el día, íbamos religiosamente de galería en galería de arte… de museo en museo, mostrándome él, con su labia, los más recónditos secretos de la cultura norteamericana y, por la noche, la farra, la parranda, el jolgorio, de bar en discoteca. Hasta la noche en que me pasó la cuenta del hotel.

Esa noche, la más terrible de todas las noches de mi vida, sufrí la humillación de abofetear en público a un hombre. Yo, que tanto los he respetado. Y no sólo eso, si no verme conducida como una delincuente, junto a Fred, que trataba de engañar a los policías con el cuento de la billetera perdida, quizá en la disco… qué hijueputa… qué asco… a mí me soltaron dos días después y, al caer la noche, ya estaba entre las nubes -en tercera clase-, regresando a casa... deportada.

martes, 3 de febrero de 2009

DIOS Y UNIVERSO

un ensayito del baúl... a Vicente Ortega (S.J.)




La idea de Dios, cuyo cuerpo sea una superestructura de universos concéntricos, además de fascinante tiene nada de baladí. Partamos de la premisa que propone la comunidad como una "comunión de seres con características comunes entre sí" y habremos resuelto el problema del politeísmo, puesto que la idea de "deidad" únicamente puede ser concebida como una "comunión de dioses".
Jacob lorber sugiere al "hombre cósmico" como el dios al que el humane debe su existencia porque su estructura cuántico-galáctica es el entorno en que nuestro mundo ocurre y, por tanto, somos partículas de Su cuerpo. Podría decirse entonces que la idea de Dios se convierte en paradoja, al ser en sí, desde sí y hacia sí, un círculo vicioso, en movimiento concéntrico perpetuo. De este modo, todos los dioses no son si no sólo uno, inmensurable y eterno, perceptible cuando abrimos los ojos introspectivamente y nos damos cuenta de que somos espejo y reflejo del universo.