martes, 3 de febrero de 2009

DIOS Y UNIVERSO

un ensayito del baúl... a Vicente Ortega (S.J.)




La idea de Dios, cuyo cuerpo sea una superestructura de universos concéntricos, además de fascinante tiene nada de baladí. Partamos de la premisa que propone la comunidad como una "comunión de seres con características comunes entre sí" y habremos resuelto el problema del politeísmo, puesto que la idea de "deidad" únicamente puede ser concebida como una "comunión de dioses".
Jacob lorber sugiere al "hombre cósmico" como el dios al que el humane debe su existencia porque su estructura cuántico-galáctica es el entorno en que nuestro mundo ocurre y, por tanto, somos partículas de Su cuerpo. Podría decirse entonces que la idea de Dios se convierte en paradoja, al ser en sí, desde sí y hacia sí, un círculo vicioso, en movimiento concéntrico perpetuo. De este modo, todos los dioses no son si no sólo uno, inmensurable y eterno, perceptible cuando abrimos los ojos introspectivamente y nos damos cuenta de que somos espejo y reflejo del universo.

1 comentario:

Kafda Vergara dijo...

La última frase me pareció particularmente bella. Me convenzo cada vez más de que la comunicación entre los seres humanos no es más que un acto de amor, que más allá del significado de las palabras es un reconocimiento de nuestro universo girando en la órbita del otro.

Un besote Alexander. Sebes que siempre estamos conectados.