viernes, 29 de junio de 2012

ZAZ


(microcuento)





Dos días después, la sal de tu sonrisa aún no me abandona.





jueves, 28 de junio de 2012


Puede muy bien ocurrir ahora como que entonces
que no logro decirte mis urgencias
porque tú con las tuyas por asirme
empujas al abismo que se abre
cuando ambos decidimos aceptar la angustia
y cedemos a la tentación de vernos mutuamente a los ojos
y de aceptarnos tal como somos sin ceder siquiera un punto

puede muy bien suceder lo mismo que cuando entonces
sacamos el cuerpo a los abismos y solos
iniciamos este andar sin rumbo aparentemente fijo
de la mano por el jardín buscando en nuestros respectivos silencios
la aldaba necesaria en la medianoche del alma
entumecida de frío
desamparada y hambrienta
las garras al acecho detrás de la puerta
que solidariamente abre su flor conciliadora y solitaria.

miércoles, 27 de junio de 2012


NO ES PENA DE AMOR NI ES PENA
lo que por mi pluma sudo
que nunca en mi ausencia dudo
del amor de mi morena.
Ella mi silencio llena
con su sonrisa que muerdo
suavecito en el recuerdo
como promesa de amor.
El que callo es un dolor
antidogmático y cuerdo.

El que no sabe que calle 
hasta que sepa el asunto
y aún entonces –barrunto-
será mejor que se calle.
Que se calle que se calle
si algo supiera de honor
porque el silencio es mejor
que pasar por ignorante
cuando se juzga el semblante
del que padece un dolor.

domingo, 24 de junio de 2012

TÚ NO VES LO QUE YO VEO
ni tienes jamás por qué
comprender lo que yo sé
basándome en lo que leo.
La suma de cuanto creo
es lo único que atesoro
y por lo tanto valoro
como bien universal
el enigma espiritual
que no se ofrece por oro.

martes, 19 de junio de 2012


YO QUISIERA VER LA PAZ
CANTANDO POR EL CAMINO




I
Del devenir la consigna
ha de ser la Patria nueva
que contra el loco subleva
la potestad que se asigna.
No valdrá que se persigna
por sotanas amparado
cuando el Escudo vejado
de la Patria lo abandone
y en efectivo le abone
la paga de encarcelado.

II
Paradógico recoge
la enseña que al suelo tira
entre verdad y mentira
asegún y se le antoje.
Por “congo” a su pueblo coge
olvidando qué avispero
es el “citado” y cuán fiero
puede ser su terquedad
versus tanta necedad
ambición y desafuero.

III
Yo quisiera ver la paz
cantando por el camino
que ensombrece el asesino
sordo insolente y rapaz.
Ha resultado incapaz
de llevar por buena vía
el anhelo del que un día
depositó su confianza
con el voto que es balanza
y látigo de porfías.

IV
Es entonces que retomo
la metáfora del río
de cierto Maestro mío
para cerrar este tomo.
No es burro que a palos domo
el que no entienda de historia
ni el que no tenga memoria
de lo antaño sucedido
¡pobre del que haya vendido
la bandera por escoria!

domingo, 17 de junio de 2012

TESTIMONIO DE HOMBRÍA 


Año: 1975, junio, orillas del Río Piedras, afluente del Chagres. Este año fue el de la migración de mi familia desde la Provincia de Chiriquí, cuando mi padre José Pastor Sánchez (1934-2003), se vio en la necesitad de no permitir que su familia mendigara, dada su convalescencia y por tanto, la renuencia de los finqueros de darle la oportunidad ganarse el el sustento, de encontrar un sitio dónde establecerse. Así fue como llegamos siendo yo de escasos 6 años (cumpliría 7 en marzo) a las orillas de Río Piedras. Fue muy duro, y fue cuando mi padre sembró, con ayuda de los vecinos, un maizal (milpa) y arrozal enormes, aparte de los tubérculos y legumbres de rigor. Y fue mientras los cultivos crecían y maduraban, cuando se dio a llover torrencialmente durante dos días y sus noches. El río se desbordó, creció, decimos. No había qué comer, apenas unos güineos verdes (bananas) que comimos asados. Al segundo día, como a las cuatro de la tarde, mi hermano, un año menor que yo y que el 13 de este mes habría cumplido 43 años si no nos lo hubiera arrebatado un fulminante cáncer occipital en agosto 2002, le dice a mi Padre " tengo hambre, sólo he comido un güineíto asado esta mañana. El rostro de mi Padre ensombreció y Él, que no era de lastimarnos con palabras, empezó a regañarnos para que no lo siguiéramos y le dijo a Madre "sígueme". Subió una leve pendiente, por el caminito que llevaba al cruce del río. Desobeediente, le seguí de lejos entre el murmullo de mis hermanos que me recordaban las amenazas de Padre. desde detrás de un arbusto, en lo alto del "mirador", vi a Padre descender al río acompañado de Madre, lo vi desnudarse, tomar una gran piedra sobre su cabeza y con ella en alto, enfrentar la corriente del río crecido, raudo y turbulento. Lo vi desaparecer bajo las aguas y resurgir, vencedor. Luego, tomó una "jaba" (aljaba de artesanal campesina también conocida como "motete") llena de víveres que nos llevaba regularmente nuestro bienamado Geño (Eugenio Santos Flores), indígena Ngäbe migrado unos veinte años antes a la región. Mi padre tomó la canasta y se dirigió a la cabecera del charco y, nadó de pie sosteniendo en el hombro derecho la pesada e incómoda carga... valiéndose del brazo izquierdo y los pies. Así fue como aquella noche comimos "opíparamente" gracias a ese hombre que hoy habita en el altar del corazón de sus hijos y nietos, hombre que ostentó siempre la medalla de Amor ganada y otorgada respetuosamente en honor a su ejemplo de vida. SEA BENDITA TU MEMORIA, PAPÁ.

sábado, 16 de junio de 2012

EL BORRACHITO

La madre abrió, con una vela en las manos, inquieta por la urgencia con que tocaba a la puerta a esas horas y le prendió el aliento...

viernes, 15 de junio de 2012


FÁBULA
(sonetillo)


Una vez un gato había
devoto fiel de las vacas
a las que ciego defendía
del rumor de las urracas


aire obispal relamía
de las vacunas las patas
pues que en las ubres veía
el anzuelo de las ratas.


Sepa en silencio tejer
y destejer -quien me lea-
lo que pueda contener


de moraleja por tea
esta fábula del Ser
que de soslayo se vea.

miércoles, 13 de junio de 2012


ANTE LA CRISIS


Basta recordar, hacer las preguntas pertinentes para que del recuerdo surja la información del archivo, el esbozo paulatino y progresivo del deterioro del valor del código ético, esto es, la pérdida progresiva del valor de lo valioso, de lo que por más valioso ha atesorado la Humanidad hasta nuestro tiempo. No viene al caso enunciar las voces que dan sentido a esta nota escrita durante un paréntesis que me ha obsequiado lo onírico para que transcriba lo que en sueños se me dijo: “Escribe. Di que los valores morales no se pierden porque son eternos”; que la aparente pérdida es únicamente la distracción de la atención, entretenida por la sensación de fracturamiento que resulta cuando la nave en vuelo ya entre las nubes o sobre las aguas, entra en el espacio de vacío generado por la turbulencia de los elementos entre los que va hacia el futuro, destino inmutable.

El piloto de la nave, el “hombre cósmico” (ente andrógino por cuanto conjuga en sí las entidades masculina y femenina, representa el acompañamiento mutuo del hombre y de la mujer que han comprendido y superado la estupidez egosexista), despierta de la sensación de fracturamiento interior ya dicha y construye desde la ruina del mundo que ha debido destruir, el mundo nuevo, siguiendo la orientación planteada por Hermann Hesse en Démian. El hombre cósmico es también la mujer cósmica, personalización de la Humanidad que se reconoce ante los espejos de la edad intemporal, evo-lutiva y evo-lucionaria de la vida en el Planeta y es, también, el reconocimiento del presente de la necesidad de la Humanidad actual de refrendar el pacto por la vida con el hombre del pasado que le transfiere (trans-ferens) la suma de valores contenidos en el Código ético para que éste lo proyecte hacia el futuro, lo mismo que en la carrera de relevo con que se porta el fuego eterno de los Juegos Olímpicos, llama que representa la inmortalidad de la voluntad de la vida y su epopeya “ferencia” que es el pharos krystico de la Edad pasada, en la que es el hombre elevado a la categoría de reo de sacrificio para la redención del hombre, de ahí la figura del cordero, eterno pasto del lobo, “lupus” del hombre “cordero” y, por tanto, metáfora de la trascendencia espiritual de la Humanidad a un nuevo estadio re-evolutivo de la vida como razón última e íntima de ser del Ser.

La nave, pasada la tormenta, recupera el ritmo apacible del vuelo o la navegación sin contratiempos ni sobresaltos conque regresa al paisaje de esplendorosa luz y color a que únicamente le fue permitido el ingreso a los artistas, previo compromiso de apego a las normas estéticas que embargaba la idea de transmitir a la Humanidad un reflejo a ratos opaco del resplandor de la verdad, sujeto de la Ética que es la sublime e indescriptible belleza de la verdad pura a través del arte. Flama que inflama el alma que se asoma con humildad a las ventanas del jardín espiritual. “Nada está perdido -se me dijo-, sólo no está donde se le busca: el otro, que es el reflejo del espejo que somos.”




Penonomé, Provincia de Coclé
13/06/12
3:00 - 4:00 AM



La incertidumbre es la certeza del acierto.

domingo, 3 de junio de 2012