jueves, 8 de abril de 2010

APUNTES SOBRE EL PAISAJE
I
El paisaje que observamos cuando nos detiene el camino, está cambiando siempre a una velocidad espantosamente rápida. Tanto, que el gamaje de hace dos segundos ya no es el mismo, por cuanto cambiaron, innumerables veces los tonos de luz y sombra del objeto sujeto de observación.
II
Ninguna partícula de luz escapa a la retina ni al alma cuando alza el vuelo hacia la región de las esferas transparentes. Ninguna posibilidad de forma ni contenido queda al garete cuando la flama azul corona el pabilo de la lámpara que llevamos luego por el bosque, en la mano, como los hermitaños.
III
Ya quisiera ser el del paisaje, el que alza los brazos saludando al sol que se retira a sus aposentos y, que, al alba, vemos de nuevo saludando al sol que se levanta. Y quisiera ser también el que observa desde el paisaje al que observa el paisaje con los brazos en alto, allá en la cumbre: sahuaro que danza la del viento entre las choyas y los chamizos.

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