viernes, 26 de septiembre de 2014

DEL EGO

Despierta rasquiña, en quien ha anclado sus búsquedas estéticas en las escuelas que ya dieron sus mejores flores y frutos, oír el gong de la novedad batiendo sus alas aún endebles cuando todavía no asciende el humo de la leña que calentará el café de la madrugada; sólo por espantar los fantasmas que en el aire viciado de los salones señoriales de las escuelas moribundas medran. Al que le arrastre la túnica, que la lleve al sastre si no sabe de costura o siquiera levantar el botón caído del rosal marchito.

¿qué daño infiere al ego sano la floración magnífica del ego alterno? En esencia, ningún ego es "más grande" que ningún otro. La envidia corroe al que la goza creyéndola sufrir. ¿Qué colibrí disputa a semejante alguno el goce de la copa que ha visitado? La observación de los factores de la naturaleza que conforman el paisaje en torno al aprendiz ayuda al poeta a encontrar "su propio" lenguaje o manera o modo de decir su versión del mundo.

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