lunes, 2 de febrero de 2015



SONETO BLANCO


Han muerto en este instante ¿cuántos niños?
Apocalípticos jinetes ríen
detrás de los altares de la muerte
en nombre de Dios y del Derecho.

Predican el amor un bien rentable
decoración solemne en el mercado
del arma y del veneno que intoxica
el corazón borracho del que aplaude.

¿Qué puedo yo, mi Dios decir? ¿Qué apenas
alzar mi pluma puedo enfurecida?
Enojado no estoy, ni compungido.

En esta farsa banderín levanto
tan solo porque nadie me señale
cómplice del ladrón que allende huye.

No hay comentarios: