lunes, 24 de mayo de 2010

EL ERMITAÑO

Para Andrea
para Ramón

Una vez un hombre -sonámbulo-, salió de madrugada de su casa, a recorrer la playa y, contemplando el paisaje, cantó sobre la arena húmeda. Luego volvió y, al caer sobre la almohada su cabeza, despertó sobresaltado.

Décimas de segundo le tomó pensar en el deseo de ir a la playa, a contemplar el paisaje. Vacía estaba la costa de toda presencia humana, ajena a la suya. Ni siquiera un rastro... a poca distancia, sin embargo, escrito en la arena aún húmeda, encontró este cuento.

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