LA APUESTA DEL OSO
Había una vez un oso que nació maravillado. Un día, cuando su pueblo celebraba la Fiesta del Salmón, se acercó al río y, desde la orilla, apostó a que en la competencia vencerían los peces. Pasaron los días y él, inmutable, seguía observando, con la esperanza intacta de ganar su apuesta... y se fue tornando transparente cuando las aguas le terminaron lavando hasta los huesos.
Yo, que desde la otra orilla, le observé todo el tiempo, le cedo hoy un momento en mis recuerdos, para salvarlo del olvido.
1 comentario:
Me gusta lo maravillado del oso y lo maravilloso del cuento. También lo transparentes que somos cuando el tiempo nos pule...
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