martes, 15 de noviembre de 2011

EL HOMBRE GRIS

El hombre gris iba por su gris camino, con el pensamiento gris fluyéndole a chorros grises de la fuente gris de los poros del cráneo gris, gris plomo como goterones de plomo traslúcido. Todo él era gris de un enfermante gris plomizo: sus ojos, cabello, piel, gestos, ropa, acento, palabra y silencio.

Tardé en enterarme de que era del tipo 50% bueno 50% malo, vigilante celoso de su equilibrio gris. Entonces tuve miedo de ser igual o diferente o de simplemente darme cuenta de que habría sido mas bueno que malo o viceversa y que por ello me llegaran a considerar un desequilibrado orgánico. fue cuando noté la flotante tonalidad grisácea que me rodeaba y que con el tiempo se me fue acentuando hasta alcanzar este luminoso gris que me descubro cada mañana ante el espejo.

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