miércoles, 10 de septiembre de 2008

LA NATURALEZA HUMANA ES EL SER, DIOS NO ES CONTRADICCIÓN.

Si Él o Ella nos creó, al hacerlo nos otorgó una naturaleza que nos es propia, intrínseca, por lo que, paradójicamente, somos espejo y reflejo de nuestro agente creador. Si nos alejamos de nuestra naturaleza, negando la multivariedad de direcciones en las que podemos desarrollarnos, nos anulamos como seres autónomos, en función de una sociedad que determina el destino del ser y lo esclaviza. Vale más a la sociedad respetar la autonomía individual a fin de que cada quien dé de sí aquello que el desarrollo de su naturaleza permita como ofrenda al Ser colectivo. Negar la naturaleza del Ser al individuo es cortar sus alas al ave que lucha por hallar su ruta entre las nubes, de regreso al punto de partida.

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