jueves, 13 de agosto de 2009

El olor de la adrenalina
en el viento
no basta

hay que ver detenidamente
en qué dirección está doblada
la ramita con sus hojas
hacia dónde fueron
en su prisa fugitiva
y no olvidar

hay que saber
con qué intención rompieron la ramita
en qué sentido la rompieron
y no olvidar

no olvidar que huyen
y por qué huyen
que los empuja el pánico sordo
que cada movimiento los delata
en las ramitas rotas o dobladas
cuando por despistar las rompieron
o cuando pasaron a la carrera

y si las ramitas callan
y si el viento esconde el olor de la adrenalina
pregúntale a las piedrecillas
y no olvides

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