viernes, 7 de agosto de 2009

GANGRENA


Su flama azul y fría sube lenta
sin prisa por el hueso y los tendones
con suaves dentelladas que no buscan
el bocado que suélese en la carne

azul de abismo casi bruno gana
las horas del que sufre tal camino
al margen del que pasa mascullando
sordos rencores hasta con Dios mismo.

¿Quién osa detener su paso y ver
siquiera dos segundos con ternura
tal suerte de injusticia y dar el paso

porque sanen la pierna y el que pena?
Pues vana es la oración si no acompañan
al ruego la terapia y el ungüento.

1 comentario:

Beba dijo...

Wow que buenos poemas tienes, este me gusto mucho, en especial su final, muchos a veces queremos que se haga el milagro pero no contribuimos con el mismo, que bueno en serio, quiero tu permiso para ver si los puedo publicar en un foro en donde te aseguro muchos lo leerán, cuidate y éxitos en todo!!!